EL Síndrome del Impostor es un fenómeno psicológico, un patrón de pensamiento y comportamiento en el que la persona que lo sufre no se siente merecedora de sus logros, sino que considera que ha llegado a los resultados obtenidos por suerte. Es una experiencia bastante común, que muchas personas han experimentado o van a experimentar en algún momento de sus vidas, especialmente cuando se enfrentan a nuevos desafíos o cuando tienen éxito en algo que no creían que fuera posible.
Según los datos, siete de cada diez personas lo sufren en algún momento de sus vidas y se caracteriza, tal y como hemos dichon, por la sensación de que uno no merece el éxito o reconocimientos que ha recibido y que no es tan competente como los demás creen que es. Según Baida Gil, autora del libro “Cómo superar el síndrome del impostor”, quienes sufren este fenómeno “tienen la sensación de no estar nunca a la altura, de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces”. Por otro lado, Clance asegura que “la mayoría de las personas que sufren el síndrome del impostor no dirían que se sienten como impostores, pero cuando oyen hablar sobre el tema a menudo exclaman ¡así es exactamente como me siento! “
Algunas de las características que forman parte de la definición del comportamiento de la persona que experimenta este síndrome podrían ser las siguientes:
- La persona duda sobre la su propia competencia, con la sensación de que no es lo suficientemente buena o capaz en su trabajo o en otros aspectos de la vida.
- Presenta dificultades para aceptar elogios y reconocimientos recibidos por sus resultados.
- Suele atribuir los buenos resultados a la suerte, a la ayuda de otros o a circunstancias externas que se presentan favorables, minimizando la importancia de su esfuerzo y el valor ante sus logros.
- Siente miedo a ser vista y expuesta como un fraude y a que se perciba por los demás como no merecedora de lo conseguido.
- Suele ser muy perfeccionista y autoexigente, sintiendo presión extrema para obtener resultados excelentes en todo lo que hace, puede llegar a sentir un miedo paralizante a cometer errores o a fracasar.
- Suele centrarse en sus defectos y suele menospreciar sus virtudes.
- Evita tomar riesgos y asumir nuevos desafíos por el temor a fracasar o a no estar a la altura.
- Está en constante autocrítica interna. Se autoevalúa y se compara con los demás, promoviendo una baja autoestima y situaciones de ansiedad.
Es importante saber detectarlo y poder trabajar en su control. Mediante terapia y utilizando distintas técnicas y estrategias se puede lograr ver las cosas desde una perspectiva diferente, una perspectiva mucho más positiva y enriquecedora que permita el abordaje de la problemática.
Un ejemplo conocido de la experiencia con este síndrome es el relevado por Emma Watson, reconocida actriz británica, que en una entrevista habló abiertamente sobre ello y confesó cómo a pesar de su éxito en la industria cinematográfica a menudo se llegaba a sentir insegura acerca de su talento y sus logros, y que a veces pensaba que los directores la habían elegido por error, temía ser descubierta, temía que llegara el momento en que se darían cuenta de que no era lo suficientemente buena. Lo positivo de su experiencia es que Emma la utilizó como una oportunidad para crecer y aprender.
Es fundamental trabajar hacia una autoestima saludable. Existen algunas pautas que pueden ser de gran ayuda para gestionar ese sentimiento negativo que se presenta de uno mismo acerca de los logros alcanzados. A ver qué te parecen.
- Poner el foco en reconocer los logros, las fortalezas y las habilidades y no en los fracasos e imperfecciones.
- Compartir los sentimientos con personas de confianza para poder obtener otras formas de verlo.
- Identificar los pensamientos negativos y la autocrítica y reemplazarlos por pensamientos más realistas, positivos y que realmente sean más productivos.
- No compararse con los demás es algo fundamental, se trata de mejorarse a uno mismo y seguir avanzando poniendo la mirada en las propias metas y logros.
- El fracaso forma parte del proceso de aprendizaje, por ello es necesario aceptarlo para poder seguir avanzando.
- Celebra los pequeños avances, las mejoras y todos los logros que vayas consiguiendo.
El síndrome del impostor es una trampa mental en la que muchos podemos caer, en la que surgen dudas y sentimientos de insuficiencia en relación con las habilidades y logros que uno tiene, y puede llegar a ser paralizante y limitante. Una situación que promueve el aumento de los niveles de estrés y perjudica la productividad. Es importante reconocer que todos tenemos habilidades, talentos y logros que nos hacen merecedores de nuestros resultados. Afrontar el síndrome puede ser un proceso lento y gradual, pero poco a poco podemos aprender a sentirnos más seguros de nosotros mismos.
Para finalizar, un dato a tener en cuenta es la gran importancia de los beneficios que también le podemos atribuir a este síndrome, como por ejemplo su capacidad de ayudar a las personas a mantenerse humildes y a no subestimar la capacidad de los demás.
- Almeida, A. C. D. (2020). Sou uma fraude (?): explicando a síndrome do impostor.
- Fernández, E., & Bermúdez, J. (2000). Estilo atribucional, autoobservación y defensividad: el caso del síndrome del impostor y el pesimismo defensivo. Revista de Psicología Social, 15(2), 165-180.
- Jiménez, E. F., & Moreno, J. B. (2000). El pesimismo defensivo y el síndrome del impostor: análisis de sus componentes afectivos y cognitivos. Revista de psicopatología y psicología clínica, 5(2), 115-130.
- Michel, N. Trending News. Síndrome del impostor. ¿Merezco estar donde estoy?