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EL CEREBRO EN PERSPECTIVA: ANÁLISIS DE LAS DIFERENCIAS FUNCIONALES Y ESTRUCTURALES SEGÚN EL SEXO BIOLÓGICO Y SUS CROMOSOMAS.

15/5/2025

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​Desde tiempos remotos el ser humano ha mostrado cierta curiosidad por entender qué es lo que nos hace similares y qué nos diferencia como personas. En la neurociencia y neuropsicología modernas, uno de los enfoques principales en este ámbito es explorar cómo las diferencias biológicas, relacionadas con los cromosomas sexuales, afectan la estructura y función del cerebro. En este post, haremos un recorrido por las variaciones en la estructura y funcionamiento cerebral entre individuos de cromosomas XX (sexo biológico mujer) y cromosomas XY (sexo biológico hombre)   ¿Me acompañas?
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“La biología proporciona una base relativamente estable, en cambio la identidad está condicionada por
​ factores sociales, culturales y ambientales"

¿DIFERENCIAS ESTRUCTURALES Y DE CONECTIVIDAD CEREBRAL SEGÚN LOS CROMOSOMAS SEXUALES?
​SÍ, PERO CON MATICES
Las investigaciones han mostrado que, aunque existen algunas diferencias cerebrales relacionadas con el patrón cromosómico, estas suelen ser bastante sutiles y presentan una gran superposición entre grupos. Es decir, más que hablar de “cerebros de mujeres” o “cerebros de hombres”, es más preciso referirse a tendencias generales, sin que estas impliquen reglas estrictas. Es importante aclarar que estas clasificaciones se basan únicamente en el genotipo sexual, es decir, en los cromosomas, sin considerar las características externas ni el género que cada persona percibe o vive socialmente. Esto se debe a que las diferencias no toman en cuenta el género como identidad, sino únicamente el sexo biológico determinado por los cromosomas (Joel et al., 2015).

DIFERENCIAS CEREBRALES SEGÚN LOS CROMOSOMAS SEXUALES Y SU IMPACTO EN LAS FUNCIONES COGNITIVAS Y  EN LA NEUROPLASTICIDAD ​
Los cerebros con patrón XX suelen mostrar mayor conectividad entre hemisferios, facilitando la integración de funciones cognitivas como el lenguaje, la empatía o la percepción social. El cuerpo calloso, que conecta ambos hemisferios, tiende a ser más desarrollado en estos casos, lo que podría mejorar la comunicación interna del cerebro (Baron-Cohen et al., 2013; Ruigrok et al., 2014).

En cambio, los cerebros XY presentan mayor conectividad dentro de cada hemisferio, lo que puede favorecer habilidades espaciales, razonamiento lógico y resolución de problemas de forma más localizada. Esta organización ha sido asociada a un estilo cognitivo más focalizado (Ingalhalikar et al., 2014).

También se han identificado diferencias de volumen: en promedio, los cerebros XY son ligeramente más grandes, incluso ajustando por tamaño corporal (Sowell et al., 2007). Sin embargo, la ciencia es clara: el tamaño no determina la inteligencia. Lo que importa es cómo se organiza y conecta la red neuronal, no su volumen (Ruigrok et al., 2014).
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Lo más importante es recordar que estas diferencias no son determinantes. La neuroplasticidad, o capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar, demuestra que nuestras experiencias, aprendizajes y entorno tienen tanto o más peso que la biología en la configuración de nuestra mente.
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"La organización del cerebro y la conectividad neuronal pesan más que su volumen."
APLICACIONES PRÁCTICAS EN SALUD, EDUCACIÓN Y NEUROCIENCIA
Comprender estas diferencias puede ser clave para mejorar intervenciones en salud mental. Por ejemplo, la esquizofrenia tiende a presentarse más en individuos con patrón XY (Häfner et al., 2003), mientras que la depresión es más común en quienes tienen patrón XX (Kuehner, 2017). Estos datos pueden ayudar a diseñar tratamientos más personalizados y eficaces.
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En educación, reconocer distintos patrones cognitivos podría permitir estrategias pedagógicas más inclusivas, que potencien fortalezas individuales y eviten enfoques únicos para todos.

​Y en el campo científico, esta perspectiva promueve una comprensión más completa del cerebro humano, integrando factores biológicos, ambientales y sociales.
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"Recuerda siempre que eres absolutamente único, como todo el mundo" (Margaret Mead)

A pesar de los avances, es crucial abordar estas diferencias con sensibilidad y responsabilidad. Usar los hallazgos científicos para reforzar estereotipos o justificar desigualdades es tanto un error científico como un riesgo social.
Como enfatizan Joel et al. (2015), los cerebros no se dividen en “masculinos” o “femeninos”, sino que cada uno es una combinación única de rasgos. Lo que la biología sugiere como tendencia, la experiencia lo transforma. Por eso, reducir las capacidades de una persona a sus cromosomas no solo es inexacto, sino profundamente injusto.
Para concluir, es necesario tener muy presente que, la influencia de los cromosomas sexuales en el cerebro existe, pero no nos define. Lo que sí nos define es la plasticidad de nuestro cerebro, su capacidad de evolucionar y adaptarse. En esa diversidad, tanto biológica como cognitiva y emocional,  reside nuestra mayor riqueza como especie.
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​¿Qué te ha parecido el recorrido? Estaré totalmente encantada de recibir tus aportaciones, discrepancias y demás comentarios.  ;) 
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BIBLIOGRAFÍA
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  • Baron-Cohen, S., Knickmeyer, R. C., & Belmonte, M. K. (2013). Sex differences in the brain: implications for explaining autism. Science, 310(5749), 819-823.
  • Häfner, H., Maurer, K., & Löffler, W. (2003). The influence of age and sex on the onset and early course of schizophrenia. The British Journal of Psychiatry, 162(S19), 80-86.
  • Ingalhalikar, M., Smith, A., Parker, D., Satterthwaite, T. D., Elliott, M. A., Ruparel, K., ... & Verma, R. (2014). Sex differences in the structural connectome of the human brain. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(2), 823-828.
  • Joel, D., Berman, Z., Tavor, I., Wexler, N., Gaber, O., Stein, Y., ... & Assaf, Y. (2015). Sex beyond the genitalia: The human brain mosaic. Proceedings of the National Academy of Sciences, 112(50), 15468-15473.
  • Kuehner, C. (2017). Why is depression more common among women than among men? The Lancet Psychiatry, 4(2), 146–158.
  • Ruigrok, A. N. V., Salimi-Khorshidi, G., Lai, M. C., Baron-Cohen, S., Lombardo, M. V., Tait, R. J., & Suckling, J. (2014). A meta-analysis of sex differences in human brain structure. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 39, 34–50.
  • Sowell, E. R., Peterson, B. S., Kan, E., Woods, R. P., Yoshii, J., Bansal, R., ... & Toga, A. W. (2007). Sex differences in cortical thickness mapped in 176 healthy individuals between 7 and 87 years of age. Cerebral Cortex, 17(7), 1550-1560.
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UNA SOCIEDAD PUEDE SUPERAR CASI TODO... EXCEPTO PERDER SUS VALORES FUNDAMENTALES

24/4/2025

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Una sociedad sin valores está condenada al fracaso: ética, integridad y propósito. 
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Vivimos en una época de contrastes y cambios vertiginosos, donde el caos ha pasado a formar parte de lo cotidiano. Sin embargo, perder la brújula moral es un desafío mucho más profundo y difícil de resolver. Paradójicamente, es en medio del desorden donde más necesitamos de principios sólidos que nos permitan mantener el rumbo cuando todo lo demás parece incierto. En este post exploraremos por qué los valores no son una opción, sino la base para que cualquier sociedad funcione y prospere.  ¿Me acompañas?
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"Debemos aprender a vivir juntos como hermanos o perecer juntos como necios"
(Martin Luther King)

ÉTICA: LA BRÚJULA QUE DA DIRECCIÓN A LA SOCIEDAD
La actualidad está marcada por una profunda inestabilidad que afecta a  todos, o a casi todos, los ámbitos, configurando un contexto particularmente revuelto. Basta con observar las noticias: guerras activas en distintas regiones, creciente polarización política, incertidumbre económica global, crisis climática y transformaciones tecnológicas que reconfiguran el empleo, la comunicación y hasta la identidad. El mundo parece avanzar en múltiples direcciones al mismo tiempo, y no siempre de forma coherente.
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Frente a estos escenarios, las respuestas recientes han sido, en muchos casos, puramente técnicas. Ejemplos como la crisis financiera de 2008 o la transición energética en curso muestran que, aunque se han logrado avances, estos a menudo se han desvinculado de la realidad social. Se ha ignorado a los más vulnerables, pronunciando las desigualdades y tomando decisiones sin escuchar ni incluir. Cuando las soluciones carecen de un anclaje ético, sus consecuencias son claras: desconfianza, exclusión y fragmentación. 

Por eso, al mismo tiempo que nos preguntamos qué hacer ante una crisis, es urgente revisar los valores desde los cuales se actúa. Sin principios éticos que guíen nuestras decisiones, incluso las estrategias más ambiciosas pierden legitimidad y sostenibilidad. 


RESPETAR EL ESFUERZO, VALORAR EL LOGRO: LOS PILARES DE UN FUTURO CON SENTIDO
Un valor esencial, que hoy en día está  siendo cuestionado y que conviene volver a poner en el centro, es el  derecho a la propiedad privada, no como símbolo de acumulación egoísta, como a menudo se caricaturiza, sino como un pilar sólido de autonomía, orden y libertad. La propiedad individual, ejercida con responsabilidad, establece un límite frente al abuso, protege el fruto del esfuerzo y ofrece una base desde la cual las personas pueden emprender, construir y proyectar sus vidas. En lo personal, en lo profesional o en lo comunitario, respetar el esfuerzo y valorar el logro significa reconocer el mérito detrás de cada avance, pequeño o grande. No se trata de defender un dogma, sino de sostener una condición fundamental para una convivencia justa. Cuestionar este derecho sin, al mismo tiempo, fortalecer la responsabilidad en la gestión pública y garantizar decisiones justas por parte de quienes nos gobiernan, solo abre la puerta a la inseguridad y a la arbitrariedad. 
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 CONFIANZA: EL VALOR PERDIDO QUE NECESITAMOS RECUPERAR
Si la brújula moral de nuestra sociedad parece desorientada, es porque uno de sus pilares más esenciales, la confianza, se encuentra en deterioro. Según Eldeman Trust Barometer 2024, la confianza global en las instituciones está en uno de sus niveles más bajos en décadas. Un 61% de las personas encuestadas cree que sus gobiernos están más enfocados en dividir que en unir. En donde la política,  la desinformación desbordada, la banalización de la violencia y la exaltación del ego por encima del bien común apuntan a una profunda distorsión de nuestras prioridades colectivas. 

Cada vez confiamos menos en los gobiernos, en las empresas, o medios y también en los demás. Y eso ocurre porque percibimos una brecha creciente entre el discurso y las acciones, entre lo que se promete y lo que realmente se cumple. Y cuando la confianza se quiebra, reconstruirla es un proceso largo y doloroso. 
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Una crisis no surge de la nada, es el reflejo de una erosión constante de valores en todos los espacios que conforman nuestra vida: en la familia, en la escuela, en el trabajo, en la comunidad. Por lo que construir un futuro sólido cuando los cimientos están carcomidos, no es fácil, ya que sin confianza, no hay diálogo posible, no hay cooperación real, no hay progreso duradero. Y recuperar la confianza, es un reto institucional y una urgencia cultural y humana. 
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EDUCAR EN VALORES: LA URGENCIA SILENCIOSA
No podemos seguir esperando que la ética se instaure sola, debemos exigir integridad a las instituciones y comenzar por promoverla nosotros mismos. Educar en valores es una responsabilidad compartida que se cultiva en cada acto cotidiano. 

En un mundo donde la indiferencia parece la norma, apostar por el respeto, la empatía, la honestidad y la responsabilidad se vuelve un acto de rebeldía constructiva. Enseñar el valor a la palabra dada, al esfuerzo bien hecho, a ponerse en el lugar del otro, no es un lujo ni una nostalgia: es una necesidad urgente. Porque si estos valores desaparecen, ninguna política pública ni avance tecnológico puede sostener el tejido de una sociedad. 
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La crisis de valores no es solo algo estructural, es profundamente cultural y emocional. Y por eso es tan difícil de revertir. No basta con reformas: hace falta una trasformación profunda de la conciencia individual y colectiva. Reaprender lo esencial. Recuperar esos principios que alguna vez dimos por sentados, pero que hoy, más que nunca, debemos volver a enseñar, vivir y defender. 
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En definitiva, en un mundo que evoluciona a una velocidad vertiginosa , lo verdaderamente urgente no es frenar el cambio, algo tan inútil como imposible, sino darle un anclaje sólido, en donde su base sean los valores firmes, compartidos y sostenibles en el tiempo.  Sin valores, sin una ética clara, cualquier avance será frágil, superficial y efímero.
La verdadera reconstrucción no comienza en los grandes discursos ni en las reformas estructurales. Comienza en lo invisible: en la conciencia, en la integridad, en la coherencia de quienes forman parte del tejido social. Y esa transformación debe liderase desde el ejemplo, en donde los dirigentes, sin excepción, deberían ser los primeros en encarnar los valores que queremos ver reflejados en la sociedad. Porque solo con líderes ejemplares, ciudadanos conscientes y un compromiso real con lo esencial, podremos aspirar a un futuro más justo, humano y verdaderamente resiliente. 
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¿Qué te ha parecido el recorrido? ¿Qué valores crees que necesitamos recuperar como sociedad? Te leo. 
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POST RELACIONADO: LA GRAVEDAD DE LA CRISIS DE VALORES PERPETUADA EN LAS ALTAS ESFERAS DEL PODER
BIBLIOGRAFÍA
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  • Baumeister, R. F., & Bushman, B. J. (2021). Social Psychology and Human Nature (5th ed.). Cengage Learning.
  • Edelman. (2024). 2024 Edelman Trust Barometer. https://www.edelman.com/trust-barometer
  • World Health Organization (WHO). (2022). COVID-19 pandemic triggers 25% increase in prevalence of anxiety and depression worldwide. https://www.who.int/news/item/02-03-2022
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EL PODER DEL SUEÑO, MÁS ALLÁ DEL DESCANSO: EL CEREBRO EN ACCIÓN

25/3/2025

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Aunque nuestro cuerpo descanse, nuestro cerebro sigue trabajando sin pausa. 
El sueño no es solo un momento de descanso; es un fascinante laboratorio biológico en el que se consolidan recuerdos, se procesan emociones y se restauran funciones esenciales para nuestra vida. Durante siglos, científicos y filósofos han intentado descifrar sus secretos, pero ha sido la neurociencia moderna la que ha comenzado a revelar lo que realmente sucede en nuestra mente mientras dormimos.
A lo largo de este post haremos un recorrido sobre la neurociencia del sueño, explorando los procesos, el impacto en nuestra salud y el papel fundamental en nuestro bienestar.  ¿Me acompañas? 

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“El insomnio no es buen consejero. Lo único que permite ver con claridad son las consecuencias de la falta de sueño, y esa obviedad nulifica pensamientos y sentimientos”   (Carlos Monsiváis)
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LA ARQUITECTURA DEL SUEÑO
 El sueño está compuesto por dos fases clave que trabajan como un gran equipo: el sueño de ondas lentas (SWS) y el sueño REM. Durante el SWS, el cerebro entra en un estado de actividad lenta con ondas delta, lo que facilita la recuperación física y la consolidación de la memoria (Scielo Argentina, 2019; Elsevier, 2013). Además, en esta fase se activan procesos de reparación celular y regulación metabólica, esenciales para el equilibrio del cuerpo y la mente (Scielo Ecuador, 2019).
Por otro lado, durante el sueño REM, que ocurre cada 90 a 120 minutos, es cuando el cerebro se vuelve más activo, una fase que resulta clave para la memoria emocional, la creatividad y la estabilidad del estado de ánimo (Elsevier, 2021; Redalyc, s.f.). De hecho, cuando no dormimos lo suficiente o se interrumpe el sueño REM, podemos llegar a sentirnos más irritables y menos capaces de resolver problemas con claridad (Scielo México, 2013).

CONSOLIDACIÓN DE LA MEMORIA
Como hemos mencionado previamente,  el sueño desempeña un papel esencial en la​ consolidación de la memoria.   Durante la fase de sueño de ondas lentas (SWS), el hipocampo facilita la transferencia de la información desde la memoria a corto plazo hacia la corteza cerebral, lo que favorece su almacenamiento a largo plazo (Scielo Argentina, 2019; Elsevier, 2013). Por otro lado, el sueño REM juega un papel crucial en la integración de emociones y experiencias vividas, contribuyendo significativamente a una mejor retención y procesamiento de la información. Así, una buena calidad de sueño no solo fortalece la memoria, sino que también potencia la creatividad y la capacidad para tomar decisiones de manera más eficaz.
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REGULACIÓN EMOCIONAL
​El sueño también juega un papel crucial en la regulación emocional. Un estudio de Yoo et al. (2007) encontró que la privación del sueño afecta la actividad en la amígdala, una región del cerebro que procesa las emociones. Los participantes que no dormían lo suficiente mostraban una mayor reactividad emocional, lo que sugiere que el sueño es esencial para manejar nuestras emociones y responder adecuadamente a situaciones estresantes. Esto es especialmente relevante en el contexto de trastornos como la ansiedad y la depresión, donde la calidad del sueño a menudo se ve comprometida.
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LIMPIEZA CEREBRAL
​Un descubrimiento fascinante en la neurociencia del sueño es el sistema linfático, que se activa durante el sueño y ayuda a eliminar desechos del cerebro. Un estudio de Xie et al. (2013) demostró que durante el sueño, el líquido cefalorraquídeo fluye más libremente a través del cerebro, eliminando proteínas tóxicas como la beta-amiloide, que se asocia con la enfermedad de Alzheimer. Este proceso de "limpieza" es crucial para mantener la salud cerebral y prevenir enfermedades neurodegenerativas.

IMPACTO EN LA SALUD FÍSICA
La falta de sueño no solo afecta la salud mental, sino que también tiene consecuencias físicas. Investigaciones han demostrado que la privación del sueño está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad (Cappuccio et al., 2010). El sueño insuficiente puede alterar la regulación hormonal, afectando la producción de insulina y la respuesta del cuerpo al estrés, lo que contribuye a estos problemas de salud.

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LA IMPORTANCIA DE LA HIGIENE DEL SUEÑO
Dada la crucial influencia del sueño en la salud cerebral y física, es esencial adoptar prácticas adecuadas de higiene del sueño. Estas prácticas no solo optimizan la calidad del descanso, sino que también potencian las funciones cognitivas, el estado de ánimo y la salud en general. 
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RECOMENDACIONES 
  • Mantener un horario de sueño consistente que ayude a regular el ritmo circadiano del cuerpo.
  • Crear un entorno ideal para dormir: una habitación oscura, tranquila y fresca, factores que favorecen la liberación de melatonina, la hormona del sueño
  • Limitar la exposición a pantallas electrónicas (como teléfonos, tabletas y computadoras) antes de dormir, ya que la luz azul emitida por estos dispositivos interfiere con la producción de melatonina y puede dificultar el inicio del sueño.​​
​Estudios científicos han demostrado que una higiene del sueño adecuada puede mejorar la calidad del descanso, reducir el riesgo de trastornos relacionados con el sueño (como el insomnio o la apnea del sueño) y tener un impacto positivo en la memoria, la concentración y la toma de decisiones. Asimismo, la privación crónica del sueño está vinculada a problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos metabólicos.
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Sin duda,  el sueño no es solo un estado de reposo sino que también es un proceso activo en el que el cerebro se dedica a consolidar recuerdos, procesar emociones y restaurar su funcionamiento para el día siguiente. Practicar una buena higiene del sueño es clave para maximizar estos beneficios. En un mundo cada vez más acelerado, donde las demandas diarias nos exigen más energía y concentración, reconocer la importancia de dormir bien es una inversión en nuestra salud física, mental y emocional. La calidad del sueño influye directamente en nuestra capacidad para afrontar los desafíos cotidianos, tomar decisiones más efectivas y mantener un equilibrio saludable entre mente y cuerpo.
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¿Qué te ha parecido el recorrido? Estaré totalmente encantada de recibir tus aportaciones, discrepancias y demás comentarios.  ;) 
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BIBLIOGRAFÍA
  • Arxiv.org. (2016). Neural correlates of self-generated imagery and cognition throughout the sleep cycle. Recuperado de https://arxiv.org/abs/1610.01704
  • Elsevier. (2021). Sueño: conceptos generales y su relación con la calidad de vida. Revista Médica Clínica Las Condes. Recuperado de https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-sueno-conceptos-generales-su-relacion-S0716864021000894
  • Elsevier. (2013). Sueño a lo largo de la vida y sus implicancias en salud. Revista Médica Clínica Las Condes. Recuperado de https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-sueno-lo-largo-vida-sus-S0716864013701718
  • Redalyc. (s.f.). Cronobiología del sueño y su influencia en la función cerebral. Recuperado de https://www.redalyc.org/journal/4396/439667308002/
  • Scielo Argentina. (2019). Sueño, memoria y aprendizaje. Recuperado de https://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S0025-76802019000700008&script=sci_arttext
  • Scielo Ecuador. (2019). Fundamentos Neurobiológicos del Sueño. Recuperado de https://scielo.senescyt.gob.ec/scielo.php?pid=S2631-25812019000300073&script=sci_arttext
  • Scielo México. (2013). Neurobiología del sueño y su importancia: antología para el estudiante universitario. Recuperado de https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=s0026-17422013000400002&script=sci_arttext
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EL PODER DE LAS EMOCIONES: LA FUERZA INVISIBLE QUE MOLDEA NUESTRA PERCEPCIÓN DEL MUNDO.

18/3/2025

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Las emociones son fundamentales en nuestra experiencia como seres humanos, ya que nos ayudan a reaccionar ante los estímulos del entorno y a tomar decisiones rápidas, decisiones que pueden ser clave para nuestra supervivencia. El impacto de las emociones va más allá de nuestras acciones ya que también moldean profundamente la forma en que percibimos el mundo que nos rodea. En este post, exploraremos cómo las emociones alteran nuestra percepción y cómo influyen en nuestra manera de interpretar la realidad. ¿Me acompañas en este recorrido?
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"No olvidemos que las pequeñas emociones son los grandes capitanes de nuestras vidas
​y les obedecemos sin darnos cuenta"
(Vincent Van Gogh)

La neuropsicología nos proporciona valiosos conocimientos sobre cómo las emociones no solo influyen en nuestras acciones, sino también en la forma en que percibimos la realidad. Estructuras como la amígdala, la corteza prefrontal y los neurotransmisores desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y la regulación de nuestras emociones. A continuación veremos cómo cada una de estas estructuras contribuye a nuestra experiencia emocional y de qué manera el contexto social y cultural en el que estamos inmersos puede amplificar o mitigar su impacto en nuestra percepción del mundo. 

​El papel del sistema límbico en la percepción emocional
El sistema límbico es una red de estructuras cerebrales encargadas de regular nuestras emociones y comportamientos. Dentro de ellas, la amígdala tiene un papel fundamental en el procesamiento emocional, ya que detecta amenazas y activa las respuestas. Cada vez que experimentamos sentimientos como felicidad, tristeza, ira o miedo, esta región del cerebro está trabajando a toda marcha.Lo curioso es que la amígdala no solo responde a nuestras emociones, sino que también influye en cómo interpretamos los estímulos que nos rodean. Por ejemplo, cuando estamos ansiosos o temerosos, tendemos a ver amenazas donde no las hay, y  una charla común puede sentirse como un enfrentamiento, o un ruido insignificante puede parecernos una alarma de peligro inminente.
Este fenómeno resalta cómo nuestras emociones filtran la información que recibimos del mundo. La amígdala actúa como un "filtro emocional", potenciando ciertos aspectos de lo que vivimos y minimizando otros. Cuando estamos felices, todo parece más brillante y positivo; mientras que, si estamos tristes o enojados, la misma situación puede verse desde una perspectiva mucho más negativa.

​La corteza prefrontal y la regulación emocional
La corteza prefrontal, ubicada en la parte frontal del cerebro, está asociada con la toma de decisiones, el pensamiento racional y la regulación emocional. Su función principal es moderar las respuestas impulsivas, equilibrando las emociones y permitiendo una evaluación más objetiva de las situaciones. Sin embargo, cuando las emociones son intensas, su capacidad reguladora puede disminuir, dejando que el sistema límbico, especialmente la amígdala, tome el control de la interpretación de la realidad.
Por ejemplo, en una persona que experimenta estrés o ira, la corteza prefrontal puede volverse menos eficiente para inhibir reacciones impulsivas. Esto puede distorsionar la percepción del entorno, haciendo que las interacciones sociales parezcan amenazantes incluso en ausencia de un peligro real. Así, las emociones intensas pueden nublar el juicio y dificultar una evaluación objetiva de las situaciones
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​Neurotransmisores y su impacto en la percepción
Los neurotransmisores son sustancias químicas que facilitan la comunicación entre neuronas y afectan tanto las emociones como la percepción. Por ejemplo, la dopamina, asociada con el placer y la recompensa, influye en la manera en que interpretamos nuestras experiencias. Niveles altos de dopamina favorecen una visión más optimista y un enfoque en las experiencias positivas, mientras que niveles bajos de serotonina o dopamina pueden hacer que la percepción se vuelva más negativa, destacando aspectos problemáticos o amenazantes del entorno.
Esto se observa en trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad. En la depresión, la disminución de serotonina puede hacer que una persona perciba su entorno de manera sombría y desalentadora, incluso sin evidencia objetiva de ello. De manera similar, la ansiedad puede intensificar la percepción de amenaza, llevando a sobrestimar riesgos y peligros en situaciones cotidianas
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​El impacto de la experiencia emocional pasada
Las experiencias emocionales previas desempeñan un papel clave en la interpretación de situaciones actuales. El hipocampo, una estructura cerebral vinculada a la memoria, almacena recuerdos emocionales que nos ayudan a aprender de experiencias pasadas. Sin embargo, estas memorias pueden influir en nuestra percepción del mundo. Alguien que ha sufrido traición o dolor emocional puede volverse más sensible a situaciones que le recuerden esas experiencias, incluso si no representan una amenaza real.
Por ejemplo, una persona que ha sufrido una pérdida significativa podría percibir futuros eventos con mayor negatividad o cautela, aunque no impliquen un peligro real. Así, las emociones pasadas actúan como una lente que filtra nuestra percepción del presente, afectando su objetividad
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​La percepción como un proceso activo
La percepción no es un proceso pasivo, sino un fenómeno dinámico en el que nuestro cerebro no solo recibe estímulos del entorno, sino que también los interpreta y les otorga significado. Este proceso está profundamente influenciado por nuestras emociones, experiencias previas y estados internos. Las emociones, en particular, no solo son una reacción a lo que percibimos, sino que también actúan como un filtro que modula qué información priorizamos, cómo la interpretamos y, en última instancia, cómo experimentamos la realidad.
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Desde una perspectiva neuropsicológica, podemos comprobar cómo las emociones impactan de manera profunda y directa en nuestra percepción del mundo. El sistema límbico, los neurotransmisores y la corteza prefrontal interactúan para modelar nuestra interpretación de los estímulos, filtrando la información a través de las emociones que experimentamos. Como resultado, nuestra visión del mundo puede estar distorsionada por nuestros estados emocionales, lo que implica que lo que vemos, pensamos y sentimos no siempre representa fielmente la realidad objetiva.  

¿Qué te ha parecido el recorrido? Estaré totalmente encantada de recibir tus aportaciones, discrepancias y demás comentarios.  ;) ​
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BIBLIOGRAFÍA
  • Adolphs, R. (2002). Neural systems for recognizing emotion. Current Opinion in Neurobiology, 12(2), 169-177. https://doi.org/10.1016/S0959-4388(02)00301-X
  • Damasio, A. R. (1996). The somatic marker hypothesis and the possible functions of the prefrontal cortex. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 351(1346), 1413-1420. https://doi.org/10.1098/rstb.1996.0125
  • Dolan, R. J. (2002). Emotion, cognition, and behavior. Science, 298(5596), 1191-1194. https://doi.org/10.1126/science.1076358
  • LeDoux, J. E. (2000). Emotion circuits in the brain. Annual Review of Neuroscience, 23, 155-184. https://doi.org/10.1146/annurev.neuro.23.1.155
  • Pessoa, L. (2008). On the relationship between emotion and cognition. Nature Reviews Neuroscience, 9(2), 148-158. https://doi.org/10.1038/nrn2317
  • Phelps, E. A. (2006). Emotion and cognition: Insights from studies of the human amygdala. Annual Review of Psychology, 57, 27-53. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.56.091103.070234
  • Rolls, E. T. (2000). The orbitofrontal cortex and reward. Cerebral Cortex, 10(3), 284-294. https://doi.org/10.1093/cercor/10.3.284
  • Vuilleumier, P. (2005). How brains beware: Neural mechanisms of emotional attention. Trends in Cognitive Sciences, 9(12), 585-594. https://doi.org/10.1016/j.tics.2005.10.011
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LA REALIDAD DETRÁS DE LA SALUD MENTAL EN LA SOCIEDAD ACTUAL:  ¿CRISIS O CONCIENCIA?

11/3/2025

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​En estos últimos años, la salud mental ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en una prioridad en nuestras conversaciones diarias. Trastornos como la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático, antes poco comprendidos, hoy son más visibles que nunca. Incluso figuras públicas y famosas, con gran repercusión, han comenzado a hablar abiertamente sobre sus desafíos en este ámbito, ayudando a desestigmatizar el tema. Esta creciente conciencia sobre el bienestar psicológico ha puesto en el centro del debate si estamos viviendo una auténtica crisis de salud mental o si simplemente estamos comenzando a reconocer lo que antes permanecía oculto. A lo largo de este post exploraremos el contexto actual, desde la ciencia y la neuropsicología, para comprender los factores detrás de este cambio. ¿Me acompañas?

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"Nuestra percepción de la realidad es más poderosa que la realidad misma."  (Mario Alonso Puig)

LA CRISIS DE SALUD MENTAL: UN DIAGNÓSTICO CONTUNDENTE

Cada vez más estudios demuestran que estamos viviendo una verdadera crisis de salud mental a nivel global. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que más de 280 millones de personas sufren de depresión y más de 260 millones enfrentan la ansiedad. Este aumento no solo refleja una mayor precisión en los diagnósticos, sino también el creciente reconocimiento de los trastornos mentales en un mundo lleno de retos.
El estilo de vida actual, marcado por su ritmo acelerado y las presiones sociales, ha intensificado los riesgos para nuestro bienestar emocional. No hay duda de que la pandemia de COVID-19 ha empeorado aún más esta situación, con confinamientos y preocupaciones por la salud que dispararon los niveles de estrés y ansiedad en muchas personas. Un revelador estudio de 2020 evidenció un incremento alarmante: el 40% de los adultos en EE. UU. experimentaron síntomas de trastornos mentales, una cifra que subraya la magnitud de esta crisis.
Además, los datos muestran que la constante circulación de información en redes sociales a la que nos exponemos, ha contribuido y sigue contribuyendo al aislamiento y a la sobrecarga cognitiva, afectando directamente en la salud mental. Al mismo tiempo, la exposición continua a contenidos que generan ansiedad, como las noticias sobre crisis y tragedias, ha incrementado la vulnerabilidad emocional, especialmente entre los jóvenes.

LA CONCIENCIA DE LA SALUD MENTAL: UN CAMBIO CULTURAL
 Con el tiempo, se ha comprendido que los problemas de salud mental no son simplemente "debilidad" o "falta de carácter", sino que tienen raíces profundas en la biología y en los procesos psicológicos del cerebro. La neuropsicología, disciplina que estudia la relación entre el cerebro y el comportamiento, ha revelado cómo factores genéticos, neuroquímicos y ambientales influyen en la salud mental.
Se ha demostrado que, en trastornos como la depresión y la ansiedad, existen alteraciones en las conexiones cerebrales y en los niveles de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Estas revelaciones han ayudado a desestigmatizar los trastornos mentales, lo que ha impulsado el reconocimiento de la salud mental como una prioridad médica legítima. En este sentido, el aumento de la conciencia sobre estos trastornos ha sido fundamental, ya que ha permitido que más personas busquen ayuda, superando barreras históricas de vergüenza y desconocimiento.


​EL PAPEL DE LA NEUROCIENCIA EN LA SALUD MENTAL
 La investigación ha identificado que factores como el estrés crónico pueden alterar la estructura y función cerebral, afectando regiones clave como el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala, que están relacionadas con la regulación emocional y la toma de decisiones.
Los avances tecnológicos, como las imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI), han permitido a los científicos observar en tiempo real cómo las personas con trastornos de ansiedad o depresión procesan la información, brindando una visión más profunda sobre los mecanismos cerebrales implicados. Estos descubrimientos no solo han mejorado el diagnóstico, sino que también están abriendo puertas a nuevos tratamientos, como la estimulación cerebral profunda y la terapia cognitivo-conductual, que ahora están más basados en evidencia científica.
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INVESTIGACIONES  SOBRE LOS PRINCIPALES FACTORES  RELACIONADOS CON LA SALUD MENTAL
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¿UNA SOCIEDAD PROMOTORA DE LA SALUD MENTAL?
​Es necesario cuestionarse si, además de una mayor conciencia, nuestra sociedad está creando, cada vez más, un ambiente que fomente los trastornos mentales. No hay duda de que, factores como la competitividad extrema, la presión por el éxito inmediato y las expectativas irrealistas que nos imponen las redes sociales, junto con la falta de apoyo emocional y la desconexión social, pueden contribuir al incremento de los trastornos mentales. La sobrecarga cognitiva, producto de vivir en un mundo hiperconectado y demandante, puede estar afectando la capacidad de las personas para lidiar con el estrés de manera saludable.
Además, los estudios sobre la relación entre el consumo de sustancias, la sobreocupación y la salud mental indican que diversos aspectos de la vida moderna pueden actuar como factores de riesgo para el desarrollo de trastornos mentales. La conexión entre la salud mental y los factores sociales es cada vez más reconocida, lo que destaca la necesidad de abordar estos problemas no solo desde el ámbito individual, sino también en el contexto social.

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"La salud mental no es un lujo, es una necesidad. Y cuidarla no es un acto de egoísmo, es una inversión en nuestra capacidad de vivir una vida completa y plena." (Matt Haig)
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Sin duda, el aumento de la conciencia sobre la salud mental, respaldado por avances científicos en neuropsicología, ha permitido que más personas reciban el apoyo necesario. Sin embargo, es evidente que la crisis de salud mental es también una consecuencia de una sociedad que, a menudo, promueve condiciones que son perjudiciales para el bienestar emocional.
A medida que la ciencia y la sociedad avanzan, es fundamental equilibrar la concienciación con el cambio estructural, abordando las causas sociales y culturales subyacentes de los trastornos mentales. Solo así podremos construir una sociedad que no solo reconozca la importancia de la salud mental, sino que también promueva un entorno más saludable y equilibrado para todos.
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BIBLIOGRAFÍA
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    "¿Cómo es posible que de un conjunto ordenado de células con determinadas propiedades electrofisiológicas e inmersas en complejos procesos de comunicación química pueda emerger una conducta, un proceso cognitivo o un estado mental? "   
    (Rebolar-Ripoll) 

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    ​"Ningún problema importante puede ser resuelto desde el mismo tipo de pensamiento que lo generó" 
     (Albert Einstein)

    “El mayor descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede cambiar su vida cambiando su actitud mental” 
    (William James)

    "El principio más profundo del ser humano, es el anhelo de ser apreciado" 
    (William James)

    "No bien se nace, ya están junto a la cuna con grandes y fuertes vendas preparadas en las manos, las filosofías, las religiones, las pasiones de los padres, los sistemas políticos y lo atan y lo enfajan y el hombre es ya para toda la vida un caballo embridado"   
    ​ 
    (José Martí)

    “Interpretamos el mundo en base a nuestro conocimiento y nuestras creencias” 
    ​(William James)

    ​“No hay una sola realidad. Existen múltiples realidades. No hay un único mundo. Sino muchos mundos, y todos discurren en paralelo… Cada mundo es la creación de un individuo.”  
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