Se trata de un compromiso constante con nuestra salud física, mental y emocional, de sumergirnos en un proceso de autoexploración y autocomprensión, aprendiendo a escuchar nuestras necesidades internas y a responder ante ellas con compasión. Un viaje que comienza con la aceptación a uno mismo, una actitud compasiva hacia nuestras propias experiencias y emociones, en el que abracemos nuestras imperfecciones, permitiéndonos ser vulnerables y reconociendo que estamos en una constante evolución.
El amor propio, también conocido como autoestima, florece cuando nos damos permiso para disfrutar de momentos de descanso y renovación, una inversión constante en nuestro bienestar sin necesidad de lujos ni costes adicionales.
Dedicar tiempo a cuidarnos se asocia con comportamientos saludables, como son los hábitos alimenticios equilibrados, la práctica regular de ejercicio y entablar relaciones interpersonales positivas, entre otros. Estudios, sobre la temática, revelan que las personas con una autoestima sólida son más propensas a establecer metas alcanzables y muestran una mayor predisposición a trabajar arduamente para lograr sus objetivos. Sin duda, el autocuidado promueve las habilidades necesarias para afrontar los desafíos con serenidad y mantener la mente clara y enfocada, fortalece nuestra resiliencia emocional, permite que podamos hacer frente al estrés diario con una mayor capacidad de manejar las adversidades y mantener una perspectiva equilibrada.
- Rodéarnos del mejor medicamento: ¡dar rienda suelta al humor y a la risa!
- Dedicar un tiempo regularmente para cuidar nuestro bienestar físico, con algo de ejercicio, paseos en la naturaleza, practicar nuestro deporte favorito... el movimiento contribuye a la salud y al bienestar general.
- Regalarnos momentos de desconexión, dedicar un tiempo a desconectar de las tensiones diarias: disfrutar del silencio, elegir la actividad relajante que más nos guste y disfrutarla (un baño de espuma, escuchar nuestra música favorita, practicar alguna técnica de meditación o simplemente dedicarnos unos momentos de respiración profunda de forma consciente)
- Celebrar todos nuestros logros, por muy pequeños que sean es importante reconocer y premiarse por los avances y objetivos conseguidos.
- Aprender algo nuevo cada día sobre lo que más nos apasione.
- Asegurar que dormimos y descansamos lo suficiente para revitalizar nuestro cuerpo y nuestra mente.
- Nutrir nuestro cuerpo con alimentos sanos y saludables, preparando comidas que nos gusten y que además contribuyan a la buena salud.
- Y, por supuesto, no olvidar establecer límites, el arte de decir "no" a veces es necesario para poder reservar un tiempo para uno mismo y priorizar nuestro bienestar personal.
¿Qué te ha parecido el recorrido por el autocuidado? ¿Cómo es tu viaje hacia el amor propio? ¿Qué añadirías?
Estaré encantada de recibir tus opiniones, aportaciones, discrepancias y demás comentarios.
- Correa, O. T. (2003). El autocuidado una habilidad para vivir. Hacia la promocion de la salud, 8, 38-50.Jaramillo, T. M. U. (1999).
- Escobar Potes, M. D. P., Franco Peláez, Z. R., & Duque Escobar, J. A. (2011). El autocuidado: un compromiso de la formación integral en educación superior. Hacia la Promoción de la Salud, 16(2), 132-146.
- Jaramillo, T. M. U. (1999). El autocuidado y su papel en la promoción de la salud. Investigación y educación en enfermería, 17(2), 109-118
- Oltra, S. (2013). El autocuidado, una responsabilidad ética. Rev GPU, 9(1), 85-90.