PENSAMIENTOS, SENTIMIENTOS, ACCIONES...
Las teorías coinciden en que a cada uno de nosotros nos puede mover aspectos muy diferentes, pero también en que las necesidades y deseos primarios en el ser humano son comunes a todos nosotros. El Psicólogo humanista Abraham Maslow defiende que es necesario ir superando una serie de etapas ordenadamente para que nuestra motivación pueda dirigirse hacia otras superiores. Así, sería necesario cubrir las necesidades fisiológicas, luego las necesidades de seguridad, siguiendo las de socialización para luego pretender cubrir las de autorrealización, y además contempla que cuantas más etapas se alcancen mucho más elevada será nuestra motivación.
1. En primer lugar estaría el estado impulsor, ese estado que se activa dentro del organismo y que atiende a las necesidades corporales, estímulos ambientales, o a acontecimientos mentales como son los pensamientos o recuerdos.
2. Ese estado impulsor activa y dirige un segundo aspecto: la conducta, el comportamiento, la acción.
3. Y el tercer aspecto es la meta, el punto hacia el que se dirige la conducta.
Grosso modo, se trata de tener siempre presente que el contexto puede cambiarlo todo, es más, cada variable es susceptible de influir y condicionar, por ello es importante valorar el contexto y cada uno de los factores que lo forman, ya que tanto el contexto interno como el externo en el que se encuentra cada persona, en un momento concreto en el tiempo y en el espacio, es determinante.
- las variables fisiológicas/organísmicas que corresponden a los impulsos y a la activación arousal
- las variables cognitivas que son las expectativas, las atribuciones causales e intencionales de meta
- las variables del entorno que son los incentivos, la recompensa
En ello, los motivos, con la finalidad de cubrir un amplio espectro de nuestras necesidades, activan el motor que pone en marcha y dirige la conducta.
Volviendo a Maslow y a los tipos de motivos, los motivos primarios, son los relacionados con las necesidades vitales de mantenimiento de la subsistencia del organismo (como beber, comer, cobijo) y los motivos sociales o psicológicos responden a las necesidades creadas en el sentido de bienestar de la persona y que varían considerablemente en el grado en el que están influidos por la experiencia, algunos parecen ser innatos y otros son totalmente aprendidos.
Profundizando en estos últimos, sin duda, los motivos sociales o psicológicos son los que atienden a las necesidades individuales de cada individuo y nos permiten comprender las reacciones "automáticas" ante diversas situaciones o retos que se nos presentan. Dentro de este tipo de motivos encontraríamos: la motivación de logro, de poder y de afiliación y las múltiples combinaciones que de estas puedan resultar.
Veamos en qué consisten:
Todo esto influirá decisivamente en la elaboración de nuestro autoconcepto, que consiste en la imagen que hacemos de nosotros mismos en relación con los demás y en la autoestima.
Desde otro punto de vista, el psicológo William Mcdougall (1908) describió la necesidad de afiliación en términos de instintos, como una tendencia gregaria compartida con otras especies que viven en colonias o rebaños. No obstante, el deseo de formar y mantener vínculos sociales presenta diferencias individuales y culturales. La necesidad de formar y mantener dichos vínculos es universal, pero la manera de vivirlo, sentirlo y expresarlo es individual. Según la hipótesis de necesidad de afiliación, el ser humano tiende a mantener al menos, una mínima cantidad de relaciones interpersonales, positivas y significativas.
1. Realizar cosas paso a paso.
2. Asumir en la acción un riesgo moderado.
3. Sentirse estimulado por una situación de reto, por lo cuál no se interesa por situaciones donde no hay riesgo.
4. Buscar las metas sucesivamente.
5. Desear tener siempre un punto de relación que le señale el resultado de sus esfuerzos, bien sea en un sentido positivo o en uno negativo. Esto es lo que en inglés se denomina “feedback”, el término español es “retroalimentación”.
La motivación de poder se puede entender como el intento de controlar, regulando las condiciones de vida de otras personas o adquiriendo conocimientos que puedan afectar fuertemente la vida o acciones de otros. Es actuar de tal forma que, como resultado, se produzcan en otra persona sentimientos fuertes, en sentido positivo o negativo, tales como respeto, gratitud, satisfacción intensa, frustración, ansiedad, adquisición de conocimientos, etc. Esto puede pasar aún cuando quien los produce no lo haga intencionadamente.
Las ocupaciones más usuales de los motivados al poder son aquéllas dónde se requiere el ejercicio del mismo, junto con persuasión como en la política, en altos cargos institucionales, en cualquier tipo de enseñanza.
La relación de poder, según Mc. Clelland, tiene dos objetivos diferentes. Cuándo la satisfacción de poder recae en el mismo individuo que lo ejerce, se trata de poder personal, pudiendo éste llegar al extremo de manifestarse en una acción más o menos autoritaria.
Cuando la persona motivada por poder se satisface prestando servicios y dando ayuda a los demás, se tratará de poder socializado. Funciones como la de maestro, médico, trabajador social son típicos del poder socializado, éste se ejerce considerándolo como acción en beneficio de los demás.
Sin duda, la motivación es un factor decisivo en las reacciones y actitudes que asumimos como individuos ante determinadas situaciones y es clave para el rumbo que coge cada persona.
Para finalizar con la entrada de hoy, al hilo de lo que nos mueve, os dejo una frase muy significativa de @GemaHassenBey (deportista paralímpica española) : "Si tú te mueves, el mundo se mueve contigo"
¡ahí lo dejo ! ;)
Y a tí, ¿Qué te mueve?
Estaré encantada de recibir tus opiniones, aportaciones, discrepancias y demás comentarios.
- Naranjo, M. (2009). Motivación: Perspectivas teóricas y algunas consideraciones de su importancia en el ámbito educativo. Revista Educación 33(2), 153-170
- Redes (Punset, E. y Csikszentmihalyi, M.). (2013). Aprender a fluir. https://www.youtube.com/watch?v=ShD2q2iXxG4
- Villamarín, F. y Limonero, J.T (2014). “Motivación”. Motivación y emoción. Barcelona. FUOC.