RESUMEN
La esquizofrenia es un trastorno crónico grave que se caracteriza por múltiples alteraciones de las funciones psicológicas y afecta en la forma de pensar, sentir y actuar de las personas. Una enfermedad compleja e incurable que incapacita al paciente de una manera considerable en su funcionamiento psicosocial total y lo condiciona a tratamientos antipsicóticos de por vida. Teniendo en cuenta las características de la enfermedad y lo que supone para el paciente, la psicoterapia puede resultar muy importante como un complemento terapéutico a la medicación antipsicótica en el tratamiento del trastorno.
El objetivo principal de este documento es la realización de una revisión bibliográfica de diferentes investigaciones que se llevaron a cabo sobre los efectos de la terapia grupal cognitivo conductual en pacientes diagnosticados con esquizofrenia.
Palabras clave: Esquizofrenia. Terapia conductual. Terapia cognitiva. Terapia cognitivo conductual. Terapia grupal. Terapia grupal cognitivo conductual.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
La esquizofrenia es una enfermedad compleja e incurable que incapacita al paciente de una manera considerable en su funcionamiento psicosocial total y lo condiciona a tratamientos antipsicóticos de por vida.
Según Miret, S., Fatjó-Vilas, M., Peralta, V., & Fañanás, L. (2016), los síntomas básicos de esta enfermedad consisten en molestias subclínicas, experimentadas de forma subjetiva por el paciente que se caracteriza por múltiples alteraciones de las funciones psicológicas y que afecta principalmente a la afectividad, el pensamiento, el lenguaje, la percepción, la memoria, la acción motora, las funciones vegetativas centrales, el control de procesos cognitivos automáticos y la tolerancia al estrés. Fenómenos que forman parte de las manifestaciones más precoces de la esquizofrenia y que a lo largo del curso de la enfermedad pueden adquirir diferente evolución.
Sin duda, la presencia la esquizofrenia constituye un problema sanitario y social de grandes dimensiones que afecta tanto al paciente como a su entorno familiar y social. Repercusiones que van desde el curso de la propia enfermedad, hasta implicaciones que afectan en el día a día del paciente en el desenvolvimiento de su rol dentro del entorno familiar, en el entorno social y en su propia calidad de vida y la de los suyos.
La psicoterapia en la psicosis tiene ya una larga historia, esta surge en la clínica Burghölzhi (Zurich) bajo la dirección de Eugene Bleuler (1857 – 1939), según García Cabeza, I. (2008), en donde incluyen en el tratamiento del paciente esquizofrénico una serie de elementos básicos, muestra de ya se presencia en ese momento la necesidad del enfoque psicoterapéutico en el tratamiento de la enfermedad.
Dentro de las aproximaciones psicoterapéuticas dirigidas a pacientes diagnosticados con esquizofrenia, las terapias cognitivo conductuales son las que cuentan con mayor evidencia de efectividad para diferentes propósitos y etapas del trastorno. (Vigil, T. M., Orellana, A. F., Robles García, R., & Correa, M. D., 2015).
En cuanto a la historia del abordaje de esta terapia (TCC), se centra inicialmente en el tratamiento de la depresión, en el que, tal y como indica García Cabeza, I. (2008) en su artículo “Evolución de la Psicoterapia en la esquizofrenia”, “Beck (1952) realizó alguna incursión en el tratamiento de delirios”. Este mismo artículo muestra que la forma clásica de la terapia cognitivo-conductual presenta distintas fases en las que contempla la valoración, la identificación de problemas clave, la intervención y prevención de recaídas además de aportar durante toda la terapia apoyo, información y educación.
La inclusión de esta terapia permite mejorar el afrontamiento de la enfermedad en su conjunto, ya que facilita el mejor conocimiento de la enfermedad y de sus síntomas, ayuda al paciente psicótico a afrontar el delirio con alternativas más realistas y a desarrollar atribuciones no estresantes frente a las alucinaciones presentes en los brotes psicóticos y también trabaja para mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico. Se le otorga a la inclusión de la terapia cognitivo conductual en los pacientes con esquizofrenia la capacidad de permitir afrontar de forma más favorable la sintomatología negativa que permite poder realizar actividades que satisfacen al paciente.
García Cabeza, I. (2008) muestra que el enfoque de esta terapia se dirige tanto hacia los síntomas de la enfermedad como al cambio de comportamiento. En su estudio recoge los resultados del meta-análisis publicado por Rector y Beck (2001) en el que demuestra que con intervenciones cognitivas es posible disminuir el malestar asociado a alucinaciones auditivas y delirios, lo que supone una mejora importante para el paciente. También resalta el entrenamiento en habilidades sociales que repercuten en la mejora del funcionamiento social mediante la identificación y resolución de problemas en actividades de la vida diaria, relaciones sociales, empleo y ocio.
La TCC, según afirma Garety, P. A. (2003), pone su punto de mira en las experiencias de psicosis y se centra en ayudar al individuo a llegar a una comprensión de los síntomas y a prevenir la recurrencia o a ser capacidad de controlar las experiencias no deseadas y en consecuencia lograr una vida lo más plena y satisfactoria posible. Un enfoque que se basa ampliamente en la terapia cognitiva de Beck y sus colegas, en el que los terapeutas se centran en los pensamientos, creencias e imágenes experimentadas como material central de trabajo.
En general se concluye que la terapia cognitiva está evolucionando hacia modelos globales que se centran en la persona y en su situación, incluyendo estrategias de apoyo y atendiendo el presente del paciente y no tanto en los síntomas en sí.
La persona diagnosticada con esquizofrenia, para poder abordar la enfermedad, las posibles recaídas y todo su contexto necesita que la intervención que se realice, según concluye el estudio de Montaño, L., Nieto, T., & Mayorga, N. (2013), debe pretender la mejora de la calidad de vida del paciente esquizofrénico, intentando lograr su recuperación y la disminución de la carga familiar que puede acarrear la situación.
Garzón, M. L. (2016) establece que imprescindible que la intervención se realice bajo una planificación del tratamiento y de la terapia que tenga en cuenta las necesidades del paciente, la gravedad de los síntomas, el tiempo de duración de la terapia farmacológica, los efectos secundarios, la capacidad de tolerancia y adaptación del paciente al medicamento sin olvidar aspectos importantes como el apoyo y la orientación por parte del equipo de salud.
La utilización de la terapia de grupo en la esquizofrenia se inicia en los años veinte, con Edward Lazell, mostrando una eficacia similar a la psicoterapia individual y además se le atribuyen una serie de beneficios importantes en el abordaje del paciente psicótico. La terapia grupal ofrece un contexto realista, igualitario, seguro, horizontal y neutral donde posibilita el desarrollo de múltiples y multifocales interacciones que favorecen el insight y aprendizaje interpersonal. Este escenario propicia una mejora relación del paciente con el equipo terapéutico al mismo tiempo que promueve un mejor conocimiento y autoconocimiento de todo lo que supone la enfermedad, proporcionando un aumento del entusiasmo de los pacientes, disminución de las recaídas, una mejoría en el cumplimiento de las pautas, mejora de las relaciones sociales y del funcionamiento global del paciente, lo que al mismo tiempo repercute en aportar mayor eficacia al proceso terapéutico. (García Cabeza, I., 2008)
Atendiendo a la literatura sobre las psicoterapias y sobre la utilización de la terapia en grupo en la esquizofrenia vemos que existen beneficios importantes que indican que la terapia cognitivo conductual con una metodología grupal puede aportar grandes beneficios a la hora de afrontar la enfermedad y todo que ella acarrea, lo que repercute en una mayor eficacia en el proceso terapéutico.
Howe, L. J., & Brown, I. D. (2015) presenta un estudio con 164 participantes diagnosticados con esquizofrenia en los que mediante una intervención grupal con terapia cognitivo-conductual hace una valoración de la utilidad de la terapia percibida por los participantes, de la utilidad que ellos perciben para su recuperación, el conocimiento del trastorno y la ansiedad. Atendiendo a los resultados, sus participantes indicaron de forma positiva la utilidad percibida, la utilidad para la recuperación y un mayor conocimiento después de la asistencia grupal. En el estudio se encontraron correlaciones positivas de forma significativa entre utilidad de la terapia y utilidad para la recuperación y también entre ayuda para la recuperación y mayor conocimiento. Se encontraron correlaciones negativas significativas entre utilidad de la terapia y ansiedad y entre ayuda para la recuperación y ansiedad.
Un estudio preliminar de 7 pacientes varones con diagnóstico de esquizofrenia crónica, de García, J. J. M., Callejo, J. M. M., Collado, E. N., García, J. M. S., & Alonso, T. O. (2012), que evalúa la terapia cognitivo-conductual grupal en el tratamiento de la sintomatología positiva, mediante 26 sesiones de entre 45 y una hora de duración, comprueban los resultados con mediante pruebas de inicio y finalización, en que se concluye que la terapia supone una mejoría significativa en el conjunto de síntomas positivos, psicopatología general, frecuencia de aparición de alucinaciones auditivas, cantidad de contenido negativo en las alucinaciones, frecuencia de ansiedad producida por las alucinaciones, intensidad de la ansiedad y/o repercusiones de las alucinaciones en la vida diaria así como control ejercido sobre las voces y mejoría en la actitud hacia la medicación.
Barrowclough, C., Haddock, G., Lobban, F., Jones, S., Siddle, R., Roberts, C., & Gregg, L. (2006) llevan a cabo un estudio en el que valoran la efectividad de la terapia grupal cognitiva-conductual frente al tratamiento habitual. Un estudio que incluye a 113 personas que presentan síntomas positivos persistentes de esquizofrenia. En los resultados observa que el tratamiento grupal dio lugar a una mejoría en los sentimientos de desesperanza y en la baja autoestima, reduciendolos. Por el contrario en el estudio no observa ninguna diferencia significativa en cuanto a las medidas de los síntomas, ni del funcionamiento o recaída. Concluye que la terapia grupal cognitiva-conductual aporta beneficios como sentirse menos negativo con respecto a uno mismo y menos desesperanzado para el futuro.
En un tratamiento grupal en pacientes diagnosticados de esquizofrenia paranoide sobre la calidad de vida y el estado sintomático de Hinojosa, A. M. G (2014), se evalúa en un grupo de 30 pacientes con esquizofrenia paranoide el efecto de la intervención psicosocial grupal sobre la calidad de vida, el estado sintomático y el número y duración de las recaídas. Al azar a 15 de los pacientes se les asigna el grupo de tratamiento y a los otros 15 el de control. La evaluación de los resultados concluye que el grupo del tratamiento obtuvo una mejoría significativa en la calidad de vida, el estado sintomático y en el número y duración de las recaídas al cabo de 12 meses del inicio de la intervención.
CONCLUSIÓN Y SÍNTESIS
Hablamos de esquizofrenia cuando las experiencias psicóticas que sufre el paciente se mantienen en el tiempo y requieren un proceso de recuperación y tratamiento especializado.
A lo largo de los años, distintos estudios muestran que se han llevado a cabo investigaciones sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos en la esquizofrenia, y en ellos se confirma la necesidad de un enfoque psicoterapéutico en el tratamiento de esta enfermedad.
Todas las investigaciones y estudios consultados apuntan a la necesidad de que el paciente comprenda la enfermedad y a la necesidad de enseñarle a mejorar sus habilidades sociales y cognitivas, que les permita lograr ser más independientes y autónomos, aumentando de forma significativa el nivel de la calidad de vida.
Entre las psicoterapias destacan las terapias cognitivo conductuales como las más evaluadas y que cuentan con mayor efectividad en el tratamiento de la esquizofrenia.
Los estudios sobre la metodología grupal muestran que el escenario que esta propicia repercute positivamente el funcionamiento global del paciente, posibilita un mejor conocimiento y autoconocimiento de la enfermedad.
Con ello, atendiendo a la literatura sobre las psicoterapias y sobre la utilización de la terapia en grupo en la esquizofrenia vemos que se evidencian ventajas importantes que indican que la terapia cognitivo conductual con una metodología grupal puede aportar grandes beneficios a la hora de afrontar la enfermedad y todo lo que ella acarrea, lo que repercute en una mayor eficacia en el proceso terapéutico.
A pesar de las evidencias científicas de la eficacia de la terapia grupal cognitivo conductual y de las limitaciones que para el paciente psicótico supone un abordaje exclusivamente farmacológico, los estudios indican que todavía queda mucho camino por recorrer para que realmente todos los pacientes con este tipo de trastornos tenga fácil acceso a este tipo de intervenciones.
- Barrowclough, C., Haddock, G., Lobban, F., Jones, S., Siddle, R., Roberts, C., & Gregg, L. (2006). Group cognitive-behavioural therapy for schizophrenia: Randomised controlled trial. British Journal of Psychiatry, 189, 527-532.
- García Cabeza, I. (2008). Evolución de la psicoterapia en la esquizofrenia. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 28(1), 9-25.
- Garety, P. A. (2003). The future of psychological therapies for psychosis. World Psychiatry, 2(3), 147.
- Garzón, M. L. (2016). Más allá de la recaída en el paciente con esquizofrenia. Revista Colombiana de Enfermería, 11(13), 105-114.
- Hinojosa, A. M. G. (2014). Resultados de un Tratamiento Grupal en pacientes diagnosticados de Esquizofrenia Paranoide sobre la Calidad de Vida y el Estado Sintomático. Revista de Psicoterapia, 25(99), 165-182.
- Howe, L. J., & Brown, I. D. (2015). Investigating the usefulness of a metacognitive training group programme for schizophrenia. BJPsych Bulletin, 39(3), 114–118. https://doi.org/10.1192/pb.bp.113.046037
- Miret, S., Fatjó-Vilas, M., Peralta, V., & Fañanás, L. (2016). Síntomas básicos en la esquizofrenia, su estudio clínico y relevancia en investigación. Revista de Psiquiatría y Salud Mental, 9(2), 111-122.
- Montaño, L., Nieto, T., & Mayorga, N. (2013). Esquizofrenia y tratamientos psicológicos: Una revisión teórica. Revista Vanguardia Psicológica Clínica Teórica y Práctica, 4(1), 86-107
- Vigil, T. M., Orellana, A. F., Robles García, R., & Correa, M. D. (2015). La terapia cognitivo conductual y los síntomas negativos en la esquizofrenia. Salud mental, 38(5), 371-377.here to edit.