A lo largo de este post reflexionaremos sobre ello, sobre nuestros recuerdos, nuestros momentos en el tiempo que evocan vivencias, experiencias únicas, personas, lugares e incluso objetos que van a tener un significado especifico para cada uno de nosotros. Haremos un recorrido sobre la configuración de los recuerdos en relación y desde la perspectiva del comportamiento humano. Un pequeño recorrido en el que tendremos también en cuenta algunos puntos de las distintas concepciones a lo largo del tiempo, de tal forma que nos permitan ver algunos rasgos de su evolución en cuanto a las formas de entenderlos, los distintos enfoques que se han ido adoptando hasta el momento actual, hasta la imagen, que tenemos hoy, de la configuración de nuestros recuerdos.
Sin duda, el tema daría para extenderse mucho, para escribir largo y tendido, pero esa no es la intención. Por ello nos centraremos en un enfoque concreto, nos centraremos en realizar una ligera reflexión sobre los recuerdos a través de dos sistemas de representación de imágenes diferentes, como lo son la fotografía y la memoria humana, con el propósito de valorar lo que aporta cada una de ellas, las diferencias y similitudes, si las hay, y por supuesto sacar a la luz los beneficios de la relación e interrelación entre ambas.
¿Me acompañas?
LA FOTOGRAFÍA Y LA MEMORIA HUMANA
En un primer momento, atendiendo a la conservación de los recuerdos en el tiempo, podríamos otorgarle a la fotografía, la función de "espejo" al que cabría atribuírle un papel social e individual en cuanto a memoria objetiva de todo cuanto es observado. La fotografía y la memoria captan la imagen de lo observado, de lo percibido y la retienen en el tiempo, pero,
¿El resultado de la información que mantiene la fotografía y la memoria humana es el mismo? ¿Podríamos decir que nuestro sistema de memoria funciona como una cámara fotográfica?
Atendiendo a la mayoría de las explicaciones clásicas sobre la memoria, estas utilizan la metáfora o símil del almacén en el que guardan las cosas, punto en el cual veríamos que la fotografía tendría una misma función de guardar, de conservar lo percibido, a imagen y semejanza. En cambio, las nuevas concepciones utilizan el símil del ordenador, en el cual su funcionamiento vendría condicionado por la configuración del procesador y al mismo tiempo de los programas específicos que tenga instalado.
Trasladándonos a la concepción actual de la Psicología Cognitiva, sabemos que la memoria humana es algo más que la simple captura de la imagen de lo observado, es un proceso activo, que no almacena pasivamente, sino que también construye y elabora la información partiendo de los conocimientos y experiencias previas.
Nuestra memoria es un proceso que cumple un papel primordial como mediador entre la recepción de información y la respuesta de la misma, pero a diferencia de la fotografía esa información no es un retrato exacto de lo percibido. Como facultad individual que es, conserva y elabora la información, una información que está sujeta a la interpretación personal de cada uno y que puede contener errores y distorsiones, una información que no podemos considerarla un reflejo fiel de la realidad. En el procesamiento de la información, la persona asume un papel activo en todos sus pasos (en la recepción, selección, transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación).
Por lo tanto, nuestra memoria es una capacidad, capacidad que difiere de unas personas a otras, ya que el organismo humano, como estructura, actúa en función de sus características individuales y de su conocimiento previo recogido a través de sus propias experiencias.
Además podemos señalar que nuestra memoria es selectiva, atiende a procesos y mecanismos atencionales y perceptivos que se ponen en marcha y mediante los cuales procesamos tan sólo una parte de la información a la que estamos expuestos, la información que se considera más relevante para nosotros en cada momento, ya que no nos es posible atender a toda la información y cumple una función adaptativa, seleccionar y descartar. Permite por ello añadir una información y olvidar otra, de tal forma que nos posibilita adaptarnos a cada contexto. No hay que olvidar, además, que el proceso de selección y percepción de la información está mediatizada por las características personales y la experiencia vivida por cada uno a nivel individual. En cambio la fotografía en sí misma no selecciona la información, sino que capta la imagen al detalle y es indiferente a todo añadido, no inventa ni descarta nada, es un reflejo auténtico de lo observado.
Atendiendo a lo expuesto sobre la fotografía y sobre nuestra memoria, podríamos preguntarnos ¿qué recuerda una persona cuando mira una fotografía? ¿a quién pertenece ese recuerdo?
Partimos de que una fotografía en sí misma no tiene más memoria que la que le asigna la persona que la mira. En ella podemos encontrar una historia del pasado, una historia que es susceptible de ser leída e interpretada de forma subjetiva a nivel individual por cada persona y no dependiendo de la propia fotografía. La imagen por sí sola no representa más que aquello a lo que se parece, una representación limitada al dominio de lo concreto, lo que se percibe. A la fotografía por lo tanto podríamos otorgarle la función de guardar estas representaciones concretas, estas imágenes.
(Fred Mc Cullin)
" La fotografía es para mí el impulso espontáneo de una atención visual perpetua, que capta el instante y su eternidad. El dibujo, por su grafologías, elabora lo que nuestra conciencia ha captado en ese instante. La foto es una acción inmediata, el dibujo, una meditación "
(Henri Cartier-Bresson)
En relación a los sistemas representacionales, encontramos que nuestra memoria trabaja con dos formatos de representación diferentes, la representación analógica y la representación digital. En la representación analógica, los estímulos visuales se codifican en imágenes de una forma directa y en la cual estas imágenes, en similitud a las fotografías, atienden a un significado concreto, hacen referencia a lo percibido mediante un procesamiento en paralelo. En cambio la representación digital, atiende a una codificación verbal-semántico por medio de palabras, en el cual nuestro sistema lingüístico, de naturaleza abstracta, constituye este código digital. Sistema en el cual es necesario aprender las relaciones que se establecen entre código y dominio, es decir, entre significante y significado, y se lleva a cabo mediante un procesamiento secuencial.
La función primordial de nuestra memoria es proporcionarnos los conocimientos necesarios para comprender el mundo en el que vivimos. Gracias a la memoria conservamos y reelaboramos los recuerdos en función del presente y actualizamos nuestras ideas, planes y habilidades en un mundo cambiante.
Nuestra memoria no es una entidad unitaria y homogénea, sino que consta de varios sistemas que nos permiten adquirir, retener y recuperar la información que nos llega del entorno. Estructuras o sistemas de memoria que tienen cada uno de ellos sus propias funciones y modos de funcionamiento y que operan de manera coordinada y simultánea.
Hay que tener en cuenta, también, que se ejerce un proceso atencional con respecto a la información a la que estamos expuestos. En ello podemos hablar de la atención pasiva o reflejo de orientación, mecanismo por el cual ciertos estímulos son capaces de captar nuestra atención de manera automática e involuntaria. Este mecanismo supone una función preparatoria para la elaboración posterior de información y para la respuesta a la misma. La atención selectiva, en la cual dentro de un contexto se selecciona la información relevante y se discrimina la demás. La atención sostenida, cuya función es mantener una información que se desea recordar durante un tiempo determinado. La atención dividida, el atender a distintas tareas a la vez.
La fotografía, una imagen que puede adquirir mucha fuerza, e incluso a veces hasta puede resultar impactante, cuando la fotografía existe ¿es una prueba irrefutable de una realidad? ¿es una realidad reproducida tras la visión subjetiva de su autor? ¿una realidad supeditada al punto de mira de quién la contempla?
Atendiendo a las distintas reflexiones y puntos tocados entorno a la fotografía y la memoria, ¿se podrían considerar ambas como dos caras de la misma moneda?
¿Qué opinas? ¿Qué te ha parecido?
Por supuesto, estaré encantada de recibir tus opiniones sobre el tema, comentarios, críticas o aportaciones. Graciasssss ;)
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- Ballesteros, S. (1999). Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema,11(4), 705-723.
- Sáiz, D., Bacqués, J. y otros (2008). Psicología de la atención y de la memoria. FUOC.