Sin duda, todos y cada uno de nosotros, somos los arquitectos de nuestra propia vida. Y, con ello, en nuestras manos recae una gran responsabilidad, la responsabilidad de darle sentido, de encontrar nuestro propósito para diseñar nuestro camino. ¿Estás de acuerdo? ¿Le dedicamos el tiempo suficiente a algo tan importante para nosotros? ¿Nos paramos a reflexionar y asumimos esa responsabilidad ?
Nuestra vida no está escrita, la escribimos nosotros mismos en cada instante, con nuestras decisiones, con lo que pensamos, con lo que sentimos, con lo que hacemos...
Nuestra realidad y nuestras creencias, son dos puntos clave que influyen y condicionan nuestro desarrollo, puntos sobre los que hoy quiero pararme. Para ello nada mejor que adentrarnos en las páginas de un gran libro...
Una frase tan impactante y potente como esta, o como la del título de este post, nos introducen en una gran obra, "Los Cuatro Acuerdos" de Miguel Ruiz.
Un libro que leí hace un tiempo y que considero que contiene puntos y algunas pautas importantes que nos pueden ser de gran utilidad y de gran valor en nuestro camino, en nuestro desarrollo personal.
La obra es definida por su propio autor como "Un libro de la Sabiduría Tolteca", libro que por supuesto, si no lo has leído y te animas, te recomiendo leer. Es una lectura fácil y muy amena, además puedes encontrarlo gratis en internet, en formato pdf.
Por si puede resultar de interés, dejo a continuación uno de los enlaces en los que aparece el pdf:
http://www.formarse.com.ar/libros/libros_gratis/inspiradores/LOS4ACUERDOS.pdf
(Tengo que decir que personalmente me gusta mucho más la lectura en papel, pasar las páginas, doblar la punta de la hoja donde me quedo, el olor y tacto de las hojas... la disfruto más, aunque a menudo también utilizo la lectura electrónica, como gran apasionada y usuaria de las nuevas tecnologías que soy ;) y que además no está nada mal tampoco. )
A modo de breve resumen, haremos un recorrido por los puntos que más me han gustado, a ver que te parece .... ¿me acompañas? ;)
Como introducción nos encontramos con la cultura Tolteca, cultura mexicana. Los Toltecas eran conocidos, hace miles de años, en todo el sur de México como "mujeres y hombres de conocimiento", científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados.
Sin duda, uno de los puntos que más me gustó del libro y que considero con más valor es que su autor, Miguel Ruíz, nos lleva e a cuestionarnos y a reflexionar sobre la realidad.
¿Son las cosas tal y como las vemos, como las sentimos, o es lo que interpretamos según lo que nos han enseñado a interpretar?
Para la cultura tolteca la "realidad" que asumimos socialmente no es más que un sueño colectivo, lo que define como "el sueño del planeta". Un "sueño" que está compuesto por las reglas de la sociedad, las creencias, las reglas, las celebraciones, las religiones... todo aquello que se nos impone dentro de la familia, la escuela o la sociedad y que nos van inculcando desde que nacemos. En definitiva, son creencias que aceptamos en nuestra vida, y que condicionan la forma en que vamos interpretando la realidad, otorgando unos significados concretos a las cosas y no otros, determinando en cada caso que es lo correcto o lo que no lo es y también determinando cual es nuestro lugar en el mundo. Un proceso al que, Miguel Ruíz, denomina domesticación. Según nos revela, "La domesticación es tan poderosa que, en un determinado momento de nuestra vida ya no necesitamos que nadie nos domestique.... somos un animal autodomesticado".
Destaca y nos muestra además, como en el transcurso de este aprendizaje incorporamos en nuestra propia personalidad al juez y a la víctima. ¿Los reconoces? ¿Te suenan?
El juez representa esa tendencia en nuestra mente que nos recuerda continuamente el libro de la ley que gobierna nuestra vida, determina lo que está bien y lo que está mal, nos premia y también, de forma más habitual, nos castiga.
La víctima es esa parte en cada persona que sufre las exigencias de su propio juez interior. Sufrimos, nos arrepentimos, nos culpabilizamos, nos castigamos por la misma causa una y otra vez, cada vez que el recuerdo nos pasa factura.
Y, por si fuese poco y necesitáramos más, como consecuencia del propio sistema, el miedo se instaura en nuestra vida. Sin lugar a duda, el miedo y las autoexigencias son los peores enemigos de nuestro pensamiento y, por ende, de nuestra vida ¿estás de acuerdo?
La mente humana es un campo fértil en el que constantemente se están sembrando palabras, ideas, creencias, conceptos, opiniones...
Cuatro son los acuerdos de la filosofía tolteca, que Miguel Ruíz nos brinda para poder aceptar y así liberarnos de las creencias limitantes que hemos adoptado y que nos impiden avanzar correctamente. En su lugar, nos propone sustituirlas por creencias más adecuadas a nosotros mismos y que nos faciliten el fluir en nuestro camino. ¿Los conoces?
PRIMER ACUERDO:
Sé impecable con la palabra.
Sobre este primer acuerdo, el autor apunta que es el más importante y también el más difícil de cumplir.
Ser impecable con las palabras es un acuerdo muy poderoso ya que las palabras constituyen el poder que tenemos para crear. Con nuestras palabras se pone de manifiesto nuestra intención, nuestros sueños y lo que realmente somos.
Se coherente con lo que piensas y con lo que haces. Ser auténtico te hace respetable ante los demás y ante ti mismo.
SEGUNDO ACUERDO:
No te tomes nada personalmente.
Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes personalmente. Lo que los demás dicen y hacen es una proyección de su propia realidad. En la medida en que alguien te quiere lastimar, ese alguien se lastima así mismo y el problema es de él y no tuyo.
TERCER ACUERDO:
No hagas suposiciones.
Encuentra la valentía necesaria para preguntar y expresar lo que realmente quieres. Si no sabes o no entiendes algo pregunta. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos en cierto.
No des nada por supuesto, suponer te hacer inventar historias que no tienen fundamento y que pueden ser perjudiciales.
CUARTO ACUERDO:
Haz siempre lo mejor que puedas.
Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca te recriminarás ni te arrepentirás de nada.
¿Qué te ha parecido?
Me encantará recibir tus comentarios. Graciassssss ;)
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